domingo, 21 de octubre de 2012

UN PROBLEMA DE ESPACIO


Imagen de «Descalzos por el parque» de Gene Saks (Robert Redford y Jane Fonda)

P
rácticamente todos los problemas de una especie se resumen en una cuestión de  espacio. Y la nuestra –la de la mayoría de los que leéis esto- no iba a ser menos. Imaginemos una manada de lobos cuyo territorio de caza suele ocupar unos 200 km2. Ahora les ponemos en mitad del bosque mediterráneo un apartamentito muy cuco de 70m2. Y ahí tienen que vivir el macho y su hembra Alfa, la cuñada Beta (que está en paro lobuno) y la camada. Con visitas esporádicas de la suegra doña Épsilon.
           
            Y encima dile a la feliz pareja que de todo lo que cacen tienen que entregar la tercera parte al BBWolf para pagar la hipoteca.

            ¿Cuánto crees tú que tardarían en enseñarse los colmillos?

            -«Claro. Como el señor se va por las noches a cazar con sus amigotes, aquí se queda una bregando con los lobeznos hecha una esclava».
           
            Y así.

Por eso tienen un territorio extenso.

            En mi humilde opinión, la pareja humana, en su concepción de monógama y monodomiciliada, está abocada al fracaso. Aunque en este tema, la excepción sea igual de gorda que la regla, ya que sólo, aproximadamente, la mitad de las parejas acaba separándose. Es como la ruleta: Nadie apostaría todo al rojo si pensara serenamente que existe el negro. Excepto que intervenga un factor genético, difícilmente resistible, que en su día fue muy útil para la continuidad y mejora de la especie: El impulso sexual-amor pasional. Que es ya una patología lo suficientemente estudiada por la ciencia como para cifrar su duración entre 24 y 36 meses de convivencia ininterrumpida. Después de la cual la «locura química» en el cerebro vuelve a la normalidad.
 
            Cuando vivíamos en las cuevas de Altamira, la cueva en sí no era el domicilio inviolable en el que se obligaban a vivir un clan o una tribu. La cueva era sólo un utensilio más para defenderse del clima, lo mismo que el fuego –como herramienta- o las pieles de bisonte. Por eso no había servicio postal.

            Un neandertal salía un lunes por la mañana de su cueva a trabajar y a lo mejor no volvía hasta el jueves. Tanto el macho como la hembra tenían un inmenso espacio personal para realizarse como homínidos y homínidas. Sin agobios. El valle además era una gran guardería para los juegos de los neandertalillos. No había prácticamente tráfico. Así, cuando volvían de sus tareas el neandertal y la neandertala si no les había gustado el caldo de mamut de su pareja anterior se cepillaban a otro/a y pelillos a la mar. La prole era criada en común y amamantada por cualquier hembra lactodisponible. Que si Pamela Anderson llega a ser neandertal te digo yo que los que nos extinguimos somos los sapiens.

            Por eso estoy convencido de que el «matrimonio de 70m2» no es viable. Y si lo hacemos viable es debido a la renuncia. Renuncia a la que hasta hace muy poco era obligada la mujer, educándola desde pequeña a pasar de mano en mano del macho como una herramienta más. De manos del padre al marido. Esto solo era posible con la lobotomización de sus capacidades a edades muy tempranas.

            Hasta que el Sistema, presionado por la incuestionable igualdad encefálica de los dos sexos, comprendió que era económicamente rentable la liberación femenina. Una familia: un televisor. Una mujer y un hombre por separado: dos televisores, dos frigoríficos, etc. Y el Sistema vio que era bueno y dijo: «hágase». Entonces aparecieron las familias monoparentales, las nucleares, las homoparentales, los «follamigos» y toda la taxonomía habida y por haber del «arrímate que tengo frío, manolo».

            Yo tengo una teoría: cuando te conoces de memoria el cajón de los tangas de tu pareja es el principio del fin. Y no digo que no sea posible la convivencia. Lo que digo es que cada cosa tiene su uso y su momento. El problema es que la cama tiene varios. Y no son muy compatibles. 






3 comentarios:

Einar Swann dijo...

HAY SOBRAN individuos

Marisopli dijo...

Neandertalillos...
Familia de 70 m2...
jo qué nivel

La Maripili dijo...

Vaya...pues la lobotomía que me practicaron a mi fue de las mejores porque me encanta vivir en pareja. Eso sí, echaría a los lobeznos a vivir al pasillo que son los que realmente lo joden todo.