Los Lunes al Blog: LO QUEMÉ PORQUE ERA MÍO.

            Hay noticias que le ponen a uno los pelos de punta. Los pelos del pubis, en este caso. Titular: “Mujer australiana le quema el pene a su marido”. La Sra. Rajini Narayan (el nombre es real, menos cachondeito…) incendió los genitales de su marido porque sospechó que la estaba engañando y quería “purificar su pene”. Su marido, Satihs Narayan, perdió la vida después por las graves quemaduras al echarle licor en los genitales antes de lanzarle una cerilla. La Sra. declaró: “Su pene me pertenece, sólo quise quemárselo para que fuera mío y de nadie más”. El juicio está visto para sentencia.

            Esto huele un poco a cuerno quemado, ¿no? Los cuernos de la Sra. Narayan y el rabo chamuscado del esposo, me refiero. Pero vayamos a la raíz del problema, nos enfrentamos a un futuro poco esperanzador. Si esta costumbre arraigara en la vieja Europa, sobre todo en España, dónde parece ser que existen estadísticas de que el 80 % de los varones casados, ha sido infiel en alguna ocasión a su pareja. No se si el restante 20 % corresponde a varones de la tercera edad y faltos ya de fuerzas para el chotis carnal y otras veleidades, oiga. Una vez escuché a un señor entrado en años, quejarse al cielo: “Señor, si nos quitas las fuerzas…¿porqué no nos quitas la intención?”.

            Los tíos somos infieles. Por naturaleza genética. Eso es un hecho científico ya. Lo único que nos doblega es el pensamiento racional-civilizado o el amor. Seamos honrados. Hacedme caso, chicas. Yo tengo acceso a conversaciones que jamás serían reconocidas por un tío sin la presencia de su abogado. ¿Acaso soy psiquiatra?, no. Soy otro tío. Y soy una tumba.

            Pero volvamos al tema. Como decíamos, si esta costumbre arraigara en nuestro país, igual podría salvarnos de la crisis. Empecemos por las destilerías, que podrían sacar una línea de productos además del típico Ron y Ginebras, que se llamara “J & B” Gran Reserva (Jodido & a la Brasa), con una graduación alcohólica de 96 grados. Porque no es lo mismo que te frían la masculinidad con Anís del Mono que con un whisky de clase.

            Luego, por supuesto las fábricas de ambientadores. No es que haya estado presente en ninguna ceremonia purificadora de miembros, pero no creo que huela a jazmines. Y la cirugía reparadora. La industria de la silicona. Los bóxer CK con tirilla de amianto. La I+D para que el nuevo apéndice de látex luzca erecto ante un evento erótico-festivo. Vamos que se crearían una serie de industrias auxiliares y de puestos de trabajo indirectos que ríanse ustedes de la Ford de Almusafes.  

            ¿Será candidata al futuro Nóbel de Economía la Sra. Narayan algún día? Podría ser. Nobeles más raros hemos visto. Aunque a mí lo que me inquieta es que el tío no se despertara. Notas que te bajan los slips. Que te rocían con un líquido. Y ves a tu mujer sonriente con una cerilla en la mano. ¿De verdad no sospechas nada? Igual le va lo de ser marido antorcha.

            Por mi parte en la actualidad no estoy casado. Mi pene y yo dormimos tranquilos…por ahora. Son muchos años juntos.