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upongo que todos, niños y niñas, conocéis aproximadamente lo
del follón de las obras del Canal de Panamá. El gobierno panameño, en el año
2009, a través de la ACP (Autoridad del Canal de Panamá) licitó la faraónica
ampliación del mismo (Consultar),
siendo al final adjudicada al consorcio grupo
UPC (grupo Unidos Por el Canal) compuesto por las empresas Sacyr (España, con un 48%), Impregilo (Italia, con
otro 48%), Jan De Nul (Bélgica, con
un 1%) y CUSA (Panamá, un 1%). Las cuales son solidariamente responsables de la
ejecución en tiempo y forma de la colosal obra de ingeniería. (Noticia).
Hasta aquí
todo correcto.
Salvo alguna cosa… Mira que concurrieron empresas serias, las
30 mayores del mundo en ingeniería civil (Bechtel, la
mayor empresa de ingeniería de EEUU, Mitsubishi
Corp., no te digo ná los
japoneses…), pues no. Se lo adjudican ¡a los dos países con más golfos por
metro cuadrado del planeta! España e Italia. Toma, moreno… Eso sí, salero tenemos
a espuertas.
Claro que si tenemos en cuenta las declaraciones del presi de Ibertrola, que después de cabrearse mucho con la quincuagésimo quinta reforma eléctrica del ministro Soria (alias Pepe Lumbreras) dijo que su empresa se siente «más británica, mexicana o estadounidense que española», un señor que se apellida Sánchez, se crió en Salamanca y empezó su vida laboral en Baterías Tudor, pues mira..., empresas españolas, lo que se dice españolas, Jamones de Guijuelo, SL y poco más.
Pero no nos desviemos del tema.
Se adjudica la obra a la
hispano-italiana grupo UPC por unos 3.118 millones de dólares (ya me he leído
yo los contratos que para eso me tenéis), frente a otras propuestas como la de Mitsubishi-Bechtel
que ascendía a algo más de 4.185 millones de dólares. No os podéis imaginar la
cantidad de comités de evaluación técnica, de verificación de precios,
etcétera. Una cosa tremenda. De hecho, al finalizar el plazo de presentación se
inventaría el número de CAJAS de documentación presentadas en cada proyecto.
Entre 30 y 80 cajas por grupo. Bestial.
Al final, después de meses de
estudio y valoración por sesudos técnicos en la materia, se adjudica… al más
barato (el grupo hispano-italiano). Aplican el principio filosófico de «ante la
duda, la más tetuda» (con perdón).
O sea, como si hubieran bajao al
Chino a por un Canal. Baratito.
¿Nadie le contó al presidente de
la República de Panamá cómo funcionan las constructoras por aquí?
Pero si es el típico timo de
«por los huevos te tengo pillao…».
Llega un alcalde, un presi
autonómico, un ministro… y licita una obra:
«Campo de fútbol municipal.
Presupuesto: 300.000 euros». Se presentan varias empresas al concurso (entre
ellas una en la que trabaja un yerno del alcalde) y se adjudica a la más
barata. La del yerno, claro, que presupuesta 200.000 euros.
Comienzan el campo de fútbol
(que tiene un plazo de ejecución de 14 meses) y a los dos años el alcalde le
pregunta al yerno:
—Oye, ¿es que habéis parado la
obra?
—Ah, sí, mira es que tenemos que
hablar… no salen las cuentas, ha subido mucho el precio del césped, las
porterías al final hay que traerlas de Alemania, y los jodíos obreros se me
ponen en huelga porque les debemos dos meses…
—Bueno, mira, no me cuentes más
historias, que tengo a la Asociación de Vecinos llamándome todos los días y colgándome
pancartas. Mira a ver cuánto sube y me pasas una rectificación.
—Vale, se la mando mañana mismo
a la Nuri a Urbanismo para que la visen.
—Sí, sí, ya los llamo yo que le
den curso…
Y el payo del yerno no le manda
una rectificación. Le manda tres. Una de 50.000, otra de 125.000 y otra de
75.000. Por supuesto se aprueba. Y el campo de fútbol se termina con tres años
de retraso y un coste final de 450.000 euros.
Cuando lo presupuestado por la
empresa más cara de la licitación eran 275.000.
Pero la familia que construye
unida, permanece unida…
Pues nada, nadie se lo explicó a
los pobres panameños.
Así que después de llevar ya
cuatro años de obras, la hispano-italiana grupo UPC (Sacyr) dice que nones. Que
no solo no les va a dar tiempo a terminarlo en su fecha, sino que además le
reclama a Panamá primero unos sobrecostes de 585 millones de dólares y luego
otros 900 millones más.
Vamos, lo del timo del yerno del
alcalde pero a lo grande. Que para eso son transnacionales.
Total, $3.118 mill + $585 mill +
$900 mill = 4.600 millones de dólares
O sea, 400 millones de dólares MÁS
que lo presupuestado por el segundo consorcio (Mitsubishi Corp.).
¿Cuándo hacen la reclamación?
Pues ahora. Que está ejecutado un 70 % de la gigantesca obra. Que si quieres
que le pongamos los tiradores a las esclusas en dorao, pues oye, suelta la
mosca…
Lógicamente, el gobierno de la
República de Panamá se cabrea. Y mucho. Y con razón. Y les dicen que se busquen
la vida. Pero que terminen.
Al final se lía parda y viendo
que la Marca España se va a ir por el retrete, el gobierno español manda a ese
ministro de Fomento tan serio que se llama Ana Pastor.
Y en esas están, tira y afloja.
Sinceramente, no creo que el
gobierno panameño le vuelva a encargar a una empresa española ni la reforma del
ático de la cuñada del vicepresidente. Y quién dice Panamá, dice Latinoamérica.
Y veremos si lo del AVE a La Meca, con la montonera de safaris que le ha costao
a su católica majestad Juan Carlos I, amén de la cadera de Botsuana, sigue
adelante. Que los árabes están forraos pero no son gilipollas…
Con lo que la próxima ocurrencia
de la ministra Báñez podría ser acabar con el paro del tirón. ¿Qué tenemos, 6
millones? Pues listo: movilidad exterior. Montamos una ETT y los mandamos a
Panamá tal que así:
Slavejob-ETT (Alguien tiene que hacerlo…)
Oportunidad laboral. Necesaria
constitución fuerte. Hombre/mujer. Amplia espalda. Contrato indefinido en el
Canal de Panamá acarreando barcos. Alta en SS. Se valorará experiencia de
costalero. Salario a convenir.
2 comentarios:
¡Ahsíhombre!, yo me apunto.
Creo que esto ya te lo he dicho pero, ¿ves? así sí se entienden las cosas! porque yo pensaba que realmente se habían quedado sin dinero por el aumento de precio de las materias primas. Pero oye, que si de esto sale la solución a nuestro problema de paro, bendito sea!
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