Crédito
imagen: LaSexta TV
|
A
|
mí no se me ocurre
otro calificativo con respecto al sonado documental ficticio de Jordi Évole en LaSexta sobre el 23F: Magistral. No original, desde luego, ya había pasado
en 1938 con Orson Welles (involuntariamente) emitiendo La guerra de los mundos e incluso ha habido varios casos similares
después. Aunque muchos ciudadanas/os del común están
enfadadísimos. Unos quieren su cabellera, otros su prepucio…
Yo desde
luego, no me lo creí desde el primer momento, claro. Sabía que era ficción
periodística desde el minuto uno, claro. Como todo el país, claro. Pero tengo
un amigo que tiene un cuñado que es primo de uno que sí se lo creyó. Y me dice
mi amigo que está enfadadísimo.
Me cuenta que no está enfadado
porque se lo tragó, sino porque después de hartarse de comentar con su legítima
durante la emisión del programa que «si esto ya lo sabía todo el mundo, que el
rey estaba metido, que estaba todo preparao…»
mientras se zampaba un par de flamenquines cordobeses de Adamuz con su
cerveza (sin alcohol, por que se conoce que tiene algo de transaminasas…), al
hacer el último zapping mientras veía
la jornada futbolera, apareció el Évole comentando que todo era mentira. Aunque
lo que lo mató fue cuando dijo que
«algunos lo habréis descubierto al principio, otros a la mitad y otros al
final…». Ahí remató el culillo de cerveza que quedaba en el botellín.
Dice mi amigo que el primo de su
cuñado no pronunció palabra. Ni siquiera se atrevió a cruzar una mirada con su
Maruja esa noche. Se levantó al rato, recogió la bandeja de la cena y le dio un
beso antes de acostarse (a su Maruja, no a mi amigo): «Bueno, me voy a la cama
que siempre ponen las mismas mierdas en la tele…».
Y que al
día siguiente, en el curro, todo el mundo estaba con el mismo tema. Oye, al fin
y al cabo, el Jordi se había metido entre pecho y espalda un 24 % de cuota de
pantalla ¡5.2 millones de espectadores! Y claro, cuando llegaba alguien nuevo
al bar todo el mundo preguntaba:
— ¿Qué, viste al Évole anoche,
nene?
—Pues claro… pero vamos que se
sabía que era una trola desde el principio.
—Hombre, ya me dirás… hay que ser
tonto pá creérselo…
Y se pasaba a otro tema balompédico.
Pero ya al mediodía, como mi
amigo y este hombre son de confianza de toda la vida, que parece que hicieron
la mili juntos en la yeguada militar de El Pradillo, provincia de Ávila, de
mamporreros, y eso une mucho en el secreto, pues lo llamó. Y le confesó en voz
baja que se lo había tragado todo. De la cruz a la raya. Pero que vamos, como
estaba preocupado con el partido del Osasuna-Atlético de Madrid pues no le dio
mayor importancia. Total, otra más de estos… Y lo que le cabreaba era pensar
que era el único tonto en todo el país
que se lo había creído.
Jordi Évole es un fenómeno viral.
Con su pinta de buen chaval, sus gafillas, su sonrisa de Boy Scout, tiene más peligro que un trilero en la calle las
Sierpes. Porque se acerca al señor/a que va a entrevistar, de buen rollito, que
parece que le va a preguntar por una dirección y el tío termina cantándole el
número de su cuenta en Suiza. Es un portento.
Vamos, de hecho, van ya no sé
cuántas campañas de Salvar al soldado Jordi
recogiendo firmas para que no le censuren, que si el programa de las
eléctricas, que si esto y lo otro. Lo que sube la audiencia a nivel final de Eurocopa.
Oye, cojonudo.
Y no digamos los testimonios de
la gente que convenció el tío para perpetrar el documental, todos de suficiente
credibilidad como Iñaki Gabilondo, Federico Mayor Zaragoza, José Luis Garci.
A mí lo que me preocupa (que en
realidad me la sopla ya, sé en qué país vivo…) es si durante la emisión del
programa, al menos al final, joder, al rato de terminar… ¿se cruzó alguna
llamada entre diputados? ¿Se llamaron unos a otros ante el escándalo que se
estaba desvelando? ¿Entre políticos? ¿Entre militares? ¿Entre fontaneros?
Coño, que no hay que levantarse al
tapetillo del mueble a llamar por teléfono como en 1981, que el móvil lo tienes
en la puñetera mesa. ¡Se suponía que se estaba desvelando que la democracia que
tenemos es un mangoneo de mangantes durante más de 30 años!
Aquí no se movió ni Dios.
Yo de Jordi Évole me fio (porque
nunca me va a entrevistar, claro). De lo que no me fío es de sus patrones. El
omnipotente grupo matriz de LaSexta: Atresmedia
(Antena3, OndaCero, Neox, GolTV…),
cuyo máximo accionista es el Grupo Planeta. O sea, el señor José
Manuel Lara (Editorial Planeta, La Razón…).
Vamos a hacer Blog-ficción:
Ante el cariz que están tomando
los acontecimientos, que este país es una fábrica de fósforos en un plácido lago
de gasolina, se piensa por los que detentan el poder hacer una medición. Digo
por los que detentan el poder, no por Mariano (aunque luego puede que le
informen…).
—Oye mira, este chaval… ¿cómo se
llama?... sí el Évole. ¿No dijo hace tiempo que quería hacer un documental de
ficción sobre el 23F?
—Sí, pero le cortamos las alas,
eso no se podía hacer.
—Bueno, ya, pero yo creo que
sería un buen método para comprobar cómo está la gente. A ver cómo reaccionan…
—Joder, ¿no tenéis bastante con
todo el trabajo que os está haciendo Mariano? ¿Los recortes, la reforma laboral,
y aquí se manifiestan cuatro gatos?
—Ya, pero oye, qué quieres,
estaba este fin de semana en la finca viendo lo de Ucrania…
—Vale. Tú mismo. Le doy luz
verde, pero esto te va a costar revisar algunos créditos que tenemos con
vosotros…
—Ay, cómo eres. Venga, comemos el
miércoles en Jockey.
Se prepara todo. Se hacen
mediciones de incrementos de llamadas telefónicas durante la franja horaria de
emisión, de WhatsApp, de twitter, y por supuesto de audiencia.
Y todo termina con una gran
sonrisa. Nada. Aquí no pasa nada.
Ya lo dijo Calvo Sotelo después del
23F de 1981, que al día siguiente se manifestaron un millón y medio de
españoles por la democracia, pero que si hubiera triunfado el golpe, habrían
salido 800.000 a dar vivas al general Armada…
2 comentarios:
Me ha encantao, Joé.
Yo esperaba ver mi muro lleno de comentarios sobre este programa y resulta que tan sólo he encontrado una sóla reacción de entre los cuarenta y tantos amigos que tengo y encima criticando al évole.
Que oye, a mi me parece muy bien que le critiquen pero lo que no entiendo muy bien es que hasta el sábado el tío era cojonudo, y ahora, es un vende-motos y un traidor.
Como yo no entiendo mucho de política y siempre me he descrito como a-política ganándome muchísimas críticas, pues no sé si tendrán que ver esas reacciones de mis amigos facebookeros con el hecho de que viven gracias al psoe (literalmente).
Sabes algo que me gusta más del évole que del wyoming? que los dos tienen los mismos jefes y bajo mi punto de vista, uno se abrocha más la chaqueta que el otro.
No sueles contestar a los comentarios, pero moriría por que me contestaras a este.
Ah! por cierto, yo me lo creí enterito aunque lo de la caja blanca me hizo dudar un poquito puesto que no la recordaba yo en la foto de los elefantes de Bostwana, si no llega a ser por eso, me trago hasta lo de la caja!
seguimiento...es que sino aunque contestes, me lo perdería!
Publicar un comentario