martes, 25 de febrero de 2014

EL GOLPE DEL 23Évole

Crédito imagen: LaSexta TV



A
 mí no se me ocurre otro calificativo con respecto al sonado documental ficticio de Jordi Évole en LaSexta sobre el 23F: Magistral. No original, desde luego, ya había pasado en 1938 con Orson Welles (involuntariamente) emitiendo La guerra de los mundos e incluso ha habido varios casos similares después. Aunque muchos ciudadanas/os del común están enfadadísimos. Unos quieren su cabellera, otros su prepucio… 

            Yo desde luego, no me lo creí desde el primer momento, claro. Sabía que era ficción periodística desde el minuto uno, claro. Como todo el país, claro. Pero tengo un amigo que tiene un cuñado que es primo de uno que sí se lo creyó. Y me dice mi amigo que está enfadadísimo.

Me cuenta que no está enfadado porque se lo tragó, sino porque después de hartarse de comentar con su legítima durante la emisión del programa que «si esto ya lo sabía todo el mundo, que el rey estaba metido, que estaba todo preparao…» mientras se zampaba un par de flamenquines cordobeses de Adamuz con su cerveza (sin alcohol, por que se conoce que tiene algo de transaminasas…), al hacer el último zapping mientras veía la jornada futbolera, apareció el Évole comentando que todo era mentira. Aunque  lo que lo mató fue cuando dijo que «algunos lo habréis descubierto al principio, otros a la mitad y otros al final…». Ahí remató el culillo de cerveza que quedaba en el botellín.
           
Dice mi amigo que el primo de su cuñado no pronunció palabra. Ni siquiera se atrevió a cruzar una mirada con su Maruja esa noche. Se levantó al rato, recogió la bandeja de la cena y le dio un beso antes de acostarse (a su Maruja, no a mi amigo): «Bueno, me voy a la cama que siempre ponen las mismas mierdas en la tele…».  

            Y que al día siguiente, en el curro, todo el mundo estaba con el mismo tema. Oye, al fin y al cabo, el Jordi se había metido entre pecho y espalda un 24 % de cuota de pantalla ¡5.2 millones de espectadores! Y claro, cuando llegaba alguien nuevo al bar todo el mundo preguntaba:

— ¿Qué, viste al Évole anoche, nene?

—Pues claro… pero vamos que se sabía que era una trola desde el principio.

—Hombre, ya me dirás… hay que ser tonto creérselo…

Y se pasaba a otro tema balompédico.

Pero ya al mediodía, como mi amigo y este hombre son de confianza de toda la vida, que parece que hicieron la mili juntos en la yeguada militar de El Pradillo, provincia de Ávila, de mamporreros, y eso une mucho en el secreto, pues lo llamó. Y le confesó en voz baja que se lo había tragado todo. De la cruz a la raya. Pero que vamos, como estaba preocupado con el partido del Osasuna-Atlético de Madrid pues no le dio mayor importancia. Total, otra más de estos… Y lo que le cabreaba era pensar que era  el único tonto en todo el país que se lo había creído.

Jordi Évole es un fenómeno viral. Con su pinta de buen chaval, sus gafillas, su sonrisa de Boy Scout, tiene más peligro que un trilero en la calle las Sierpes. Porque se acerca al señor/a que va a entrevistar, de buen rollito, que parece que le va a preguntar por una dirección y el tío termina cantándole el número de su cuenta en Suiza. Es un portento.

Vamos, de hecho, van ya no sé cuántas campañas de Salvar al soldado Jordi recogiendo firmas para que no le censuren, que si el programa de las eléctricas, que si esto y lo otro. Lo que sube la audiencia a nivel final de Eurocopa. Oye, cojonudo.

Y no digamos los testimonios de la gente que convenció el tío para perpetrar el documental, todos de suficiente credibilidad como Iñaki Gabilondo, Federico Mayor Zaragoza, José Luis Garci.

A mí lo que me preocupa (que en realidad me la sopla ya, sé en qué país vivo…) es si durante la emisión del programa, al menos al final, joder, al rato de terminar… ¿se cruzó alguna llamada entre diputados? ¿Se llamaron unos a otros ante el escándalo que se estaba desvelando? ¿Entre políticos? ¿Entre militares? ¿Entre fontaneros?

Coño, que no hay que levantarse al tapetillo del mueble a llamar por teléfono como en 1981, que el móvil lo tienes en la puñetera mesa. ¡Se suponía que se estaba desvelando que la democracia que tenemos es un mangoneo de mangantes durante más de 30 años!

Aquí no se movió ni Dios.

Yo de Jordi Évole me fio (porque nunca me va a entrevistar, claro). De lo que no me fío es de sus patrones. El omnipotente grupo matriz de LaSexta: Atresmedia (Antena3, OndaCero, Neox, GolTV…), cuyo máximo accionista es el Grupo Planeta. O sea, el señor José Manuel Lara (Editorial Planeta, La Razón…).

Vamos a hacer Blog-ficción:

Ante el cariz que están tomando los acontecimientos, que este país es una fábrica de fósforos en un plácido lago de gasolina, se piensa por los que detentan el poder hacer una medición. Digo por los que detentan el poder, no por Mariano (aunque luego puede que le informen…).

—Oye mira, este chaval… ¿cómo se llama?... sí el Évole. ¿No dijo hace tiempo que quería hacer un documental de ficción sobre el 23F?

—Sí, pero le cortamos las alas, eso no se podía hacer.

—Bueno, ya, pero yo creo que sería un buen método para comprobar cómo está la gente. A ver cómo reaccionan…

—Joder, ¿no tenéis bastante con todo el trabajo que os está haciendo Mariano? ¿Los recortes, la reforma laboral, y aquí se manifiestan cuatro gatos?

—Ya, pero oye, qué quieres, estaba este fin de semana en la finca viendo lo de Ucrania…

—Vale. Tú mismo. Le doy luz verde, pero esto te va a costar revisar algunos créditos que tenemos con vosotros…

—Ay, cómo eres. Venga, comemos el miércoles en Jockey.

Se prepara todo. Se hacen mediciones de incrementos de llamadas telefónicas durante la franja horaria de emisión, de WhatsApp, de twitter, y por supuesto de audiencia.

Y todo termina con una gran sonrisa. Nada. Aquí no pasa nada.

Ya lo dijo Calvo Sotelo después del 23F de 1981, que al día siguiente se manifestaron un millón y medio de españoles por la democracia, pero que si hubiera triunfado el golpe, habrían salido 800.000 a dar vivas al general Armada…



2 comentarios:

La Maripili dijo...

Me ha encantao, Joé.
Yo esperaba ver mi muro lleno de comentarios sobre este programa y resulta que tan sólo he encontrado una sóla reacción de entre los cuarenta y tantos amigos que tengo y encima criticando al évole.
Que oye, a mi me parece muy bien que le critiquen pero lo que no entiendo muy bien es que hasta el sábado el tío era cojonudo, y ahora, es un vende-motos y un traidor.
Como yo no entiendo mucho de política y siempre me he descrito como a-política ganándome muchísimas críticas, pues no sé si tendrán que ver esas reacciones de mis amigos facebookeros con el hecho de que viven gracias al psoe (literalmente).
Sabes algo que me gusta más del évole que del wyoming? que los dos tienen los mismos jefes y bajo mi punto de vista, uno se abrocha más la chaqueta que el otro.
No sueles contestar a los comentarios, pero moriría por que me contestaras a este.
Ah! por cierto, yo me lo creí enterito aunque lo de la caja blanca me hizo dudar un poquito puesto que no la recordaba yo en la foto de los elefantes de Bostwana, si no llega a ser por eso, me trago hasta lo de la caja!

La Maripili dijo...

seguimiento...es que sino aunque contestes, me lo perdería!