… y emocionado (que diría la Morgan), pongo estas líneas al
viento para que ondeen al céfiro que toque. […]. «Este adiós no maquilla un ‘hasta
luego’, este ‘nunca’, no esconde un ‘ojalá’» […] (que también diría el maestro
Sabina). Han sido cinco años escribiendo este cuaderno de bitácora, de aprender
mucho y enseñar poco; para mí, desde luego, altamente provechosos.
Ahora, voy
a descansar del articulillo cachondo, que la actualidad se me indigesta. Quieras
que no, el comentar los sucedidos en esta letrina patria, te va impregnando el
alma de ese olor agusanado y tóxico. Se harta uno hasta de los que quieren
«tomar el cielo por asalto» para luego exhibir pajaritas y esmoquin en las
galas del sábado. No digo ya de la olla podrida de gaviotas azules. O de los
sultanatos del Sur (quizá, «susanatos»).
Apestan.
Uno de los
narradores por excelencia, Juan Marsé, decía que «la actualidad, a la hora de
escribir, más bien estorba. Y hoy más que nunca». No es que uno (ni por asomo)
espere escribir algún día el Ulysses
de Joyce (por suerte para todos, quizá…), pero si algo más sale de mi teclado
me agradaría que estuviera lo menos contaminado posible.
Me gustaría
hacer cosas distintas y más distantes.
Y puede que
alguna vez termine de cabrearme y aplique la máxima de mi querido Bukowski:
«Find what you want, and let it kill you». Y me retire a algún sitio cerca del
mar a hacerlo. Si lo hago será buena señal, desde luego.
Así que a
todas. A todos… gracias por venir.
1 comentario:
Cuando escribes, lo cercano a la actualidad te queda muy bien pero lo distante te queda buenísimo. Gracias a ti, Joe.
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