jueves, 23 de septiembre de 2010

EL PELIGRO AMARILLO

            El “Chino” del barrio es ya un equipamiento urbano. Como la Parroquia, el Colegio, las zonas verdes. Me da a mí que los Arquitectos municipales ya lo contemplan en los próximos PGOU´s. Aquí ponemos un parque, una Iglesia y al lado un “Chino”.

            Entras en uno  a comprar bombillas de larga duración, y te atiende una dulce chinita –la hija del dueño, de siete añitos- que te dice con mucha soltura, son 3,85… para ti 3,50. Con salero de gitana canastera y acento de Almería de toda la vida. Ella no es china, claro, es tan española como tú. O más.

            Para comprender el control de calidad chino comparado con el europeo, podemos servirnos de ésta misma lámpara de larga duración. Si una bombilla antigua, de toda la vida, con su filamentos que se parten y se puede diagnosticar está “fundía”, viene a durar unos dos años, y costar unos dos euros, la de larga duración cuesta el doble y dura cuatro veces más, 8 años. ¿A alguno de los presentes le ha durado una bombilla de larga, corta o media duración, ese tiempo?. No se sabe. Nadie ha vigilado tanto una bombilla.

            Bueno, aquí entra en juego el concepto chino de larga duración. En realidad “larga duración” y “Bazar de los chinos” son términos que no deberían estar en la misma frase. Tú de qué te crees que viven los chinos por muy barato que sea el “aloz tles delicias”. ¿De los tres euros que en teoría te vas a gastar tú cada ocho años?. A que no. En sus tiendas, todo lo que dura más de 72 horas es larga duración.

            Además, tú vas a un “chino” buscando precio; no calidad. Lo mismo que cuando Homer Simpson entra a tomarse una cañita en la Taberna de Moe´s no pregunta por la veteranía de las albóndigas. No hay ningún cliente tan antiguo.

Cuando entras, te das cuenta de que están perfectamente organizados. Hay un chino que cobra, tres chinos reponedores, y uno que te sigue durante toda tu compra como un imán. Este es el chino en prácticas. Está practicando el idioma. Es capaz de entender a la perfección el español pero no articula una sola palabra. Tiene la capacidad de leer la mente y adivinar el color del cubo de plástico que buscas. Impresiona.

Y el abanico de posibilidades de compra no tiene parangón. Puedes encontrar, desde un Bolígrafo con cámara oculta, vídeo, y que además escribe hasta un rodillo para pintar el techo que se recarga de pintura. ¿Qué pasa?, pues que entras a comprar un paquete de pilas y con lo chulo y lo barato que es todo, sales con  un equipamiento de Agente Secreto chino que va a pintar el techo de su piso franco. Las pilas se te han olvidado, pero vale la pena.

Ahora ya se están adaptando a nuestra cultura y sólo están abiertos durante 23 horas al día. Les está costando, pero se adaptan. Además, no se les nota. Es que ni morirse. ¿Alguien ha ido al entierro de algún chino?, y no lo digo con regodeo sobre la leyenda urbana de los restaurantes chinos, que si no hay gatos, que si tal... ¿Alguien ha visto a un chino en un banco haciendo cola?, dinerito ganan, ¿eh? ¿Y a un chino en un bar tomando copas?, o a un chino pidiendo limosna. Ni uno.

Pues os digo una cosa. Lo están comprando todo. Debajo de casa había una sucursal del BBVA con cinco empleados que han cerrado por no ser rentable. ¿Qué hay ahora?. Una inmensa boutique de moda, de chinos. Un día comprarán el Banco de España, y pondrán una Nave Industrial para vender monedas de euro a 0.50. Ya verás.

La verdad es que a mí me gustan los chinos. No pasa un día que no me juegue unos con los amigos del bar.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me quedo con los 20 duros de toda la vida, que a mi comprar y que me miren con esa cara de sospecha me incomoda mucho.
Te sigo,Joe.

Fulanita de Tal.

Anónimo dijo...

yo digo lo mismo que fulanita de tal:yo me quedo con los 20 duros de toda la vida,y desde luego que seguire esperando a ver un chino en la cola del banco!!!!!!!eres genial Joe