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s espera un gran futuro.
Porque…
¿Cuántos dictadores conocéis que hayan sido indultados de la Pena Capital?
¿Cuántos represores, torturadores (y sus cómplices) suponéis que han sobrevivido
más de sesenta minutos exactos a su última hora? ¿Cuántos banqueros, duques y
barones que hayan escapado al corredor de
la muerte? ¿Cuántos políticos corruptos (y sus cómplices)
por acción u omisión han escapado a su último juicio?
Ni
uno solo.
Al
menos yo no conozco a ninguno.
Stalin,
Hitler, Atila, Franco, Calígula, Mussolini, Pinochet,… Todos muertos.
Ejecutados por el tiempo. A día de hoy, ya ni siquiera son emplasto pútrido para
alimento de gusanos. Sus capas de terciopelo ya son arena. Ni siquiera existen
ya las cucarachas que llevaban en sus estómagos sus temidos bastones de mando.
Estoy
muy harto de vosotros. De todos. De todas. Y hay más gente, ¿eh? Os vais a ir
por la patilla unos meses antes de las próximas elecciones generales. Cuando se
publique la intención de voto y seáis conscientes de que os van a poner los
pavos a la sombra. A todos. Y a todas. Dos años, en tiempo geológico, es el
estornudo de un asno.
Marianos, Alfredos, Borbones, Rosas,
Duranes, Botines… perdonad que no siga, son las arcadas.
Sois
más enanos que vosotros mismos. Trozos de carne en proceso de descomposición
que aún camina. Sonrisas de protésica porcelana rodeadas de pellejo estirado y
cuarteado. Con cada discurso que pronunciáis escapa vuestro aliento que huele a
orín de cuadra.
Voy
a explicaros vuestro futuro:
Primero
os meterán en un cajón. Con vuestro mejor traje. Puede que tengan que sujetaros
la mandíbula y sellaros los ojos para siempre. A veces lo hacen con pegamento
(ya me contaréis a que sabe). Luego desfilarán ante vosotros unos cuántos de
los paniaguados que tuvisteis. Ni siquiera todos. Y los más, maldecirán a
vuestras madres, sotto voce, por
haberles jodido la partida de golf. Muchos irán solo por comprobar que estáis jodidamente
muertos para siempre.
A
continuación, ya casi solos con el que os va a emparedar, empujarán vuestro
cajón a un agujero húmedo y oscuro. Y con la última paletada de tierra la luz
abandonará vuestro cadáver para siempre.
En
unas horas, vuestro vientre se volverá verde y después vuestras vísceras se
hincharán y tomarán una bonita tonalidad pardo-negruzca antes de estallar. No
os preocupéis, es un proceso indoloro. Vuestro cuerpo se cubrirá de ampollas
rellenas de gases fétidos, sobre todo en la vulva y el escroto. El traje de Armani
con el que fuisteis emparedados ya será un puzle de cuajarones verdinegros.
Intimaréis
con los gusanos en poco tiempo, a medida que vuestras partes blandas (los ojos
son especialmente deliciosos para ellos) completen su dieta. También con los
pequeños insectos.
Al
final, solo vuestros huesos serán parte del paisaje infernal de vuestra fosa.
Así
que yo no me preocuparía demasiado. Podéis pasar por la picadora a un país
entero, aumentar su sufrimiento con cada Decreto-Ley, provocar suicidios,
devolver el hambre a un pueblo que hacía mucho que no la conocía. Incluso, para
silenciar vuestras conciencias, sentar a un pobre a vuestra mesa (hoy a eso lo
llamáis «los Presupuestos más sociales de la democracia»). Vale. Más pronto que tarde os servirán a vosotros en
la mesa de esos pobres. Pero solo para alimentar a sus perros.
La
verdad es que lo habéis organizado bien. Antes se os podía reconocer
individualmente y personalizar vuestro cadalso. Hoy, os habéis difuminado como
una pandemia vírica tras las «Instituciones». No se puede ahorcar al Tribunal
Constitucional de un país. Ni se puede fusilar a los Mercados Financieros ni
guillotinar a la bolsa de Londres. Pero todo se andará…
El artículo 28 de la
Constitución francesa de 1793 lo dejó claro: «A ninguna generación le está
permitido imponer sus propias leyes a las generaciones futuras». Podréis
retrasarlo, pero solo eso.
Y si pensáis que
alguien os va a descongelar junto con Walt Disney… abandonad toda esperanza.
Los libros de Historia ya no los publican vuestros siervos. Se conservarán en
la memoria de nuestros tataranietos.
Suerte. Nos vemos a
finales del 2015. Puede que antes.
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