N
|
os quieren rendidos. Heridos, yertos. De igual manera que,
cuando antes del asalto final, la artillería bate siempre una posición con
obuses de grueso calibre que no te dan tiempo a reaccionar, así nos quieren.
Aterrorizados, sin fuerzas para levantar la mirada del suelo. Y que cada vez
que la levantemos nos caiga encima una lluvia de metralla, barro y sangre. De
miembros y vísceras de compatriotas a los que no podemos (y normalmente no
queremos) ayudar porque movernos significaría variar la probabilidad de que nos
revienten a nosotros.
Y así nos
quedamos en nuestra última trinchera: el sofá. Con la doctrina del shock en la mochila. En la seguridad del silencio ante
la injusticia. Porque aún podemos tomarnos alguna cañita el fin de semana,
porque nuestros hijos aún comen, porque incluso todavía podemos pagar la
hipoteca o el alquiler. Aunque veamos como caen, uno tras otro, millones de
compatriotas de ese ejército que movía un país, de esa clase media que hacía
que la democracia fuese posible.
Pero lo
peor es que cuando acabe de machacarnos la artillería pesada, solo será la
señal de que tocan a degüello para los pocos derechos y libertades que hayan
quedado.
No nos
engañemos, cuando la brecha social se va convirtiendo en abismo, el sistema
democrático no es posible. Las rentas del capital hace ya tiempo que superaron
a las del trabajo. Y aquí, 4 de cada 5 euros que ingresa el estado en impuestos
son del trabajo. Así que con 47.000.000
de habitantes, una población activa de únicamente
17.000.000 de ciudadanos (de los que ya 1,5 millones son a tiempo parcial), 8.400.000 pensionistas, 5.600.000
desempleados de los que casi la mitad ya no perciben nada… la tormenta perfecta está en marcha.
Cualquier
gobernante serio estaría aterrorizado.
Pero él no. Mariano está a lo
suyo y a lo de los «suyos». Podemos llamar a Somalia un «estado fallido» pero cuando esto
reviente, veremos si lo que tendremos que preguntarnos es si lo que en realidad
han sido los últimos 100 años del hombre es un «Planeta Fallido»…
Creo que las palabras de Arturo
Pérez-Reverte no pueden estar más acertadas en este caso:
« […] Y
mientras, su jefe en la Moncloa, fumándose un puro, incomunicado, ajeno a todo,
impasible como Don Tancredo […] », « […] empiezo a creer que si Aznar era un arrogante y
Zapatero un imbécil, Rajoy es un sinvergüenza […] ».
Yo me atrevería a añadir que
Felipe, Guerra y sus Solchagas prepararon el camino de la putrefacción que hoy
sale a flote. Porque Suárez, bueno, Suárez era él o los sables. O eso nos
hicieron creer.
El Capital hace tiempo que ganó
la guerra al Trabajo. La economía financiera a la economía productiva. ¿Creéis
que en Alemania se vive mejor? Puede que todavía sí, pero hablad con un joven
de Berlín, de Paris, de Ginebra, de Londres. No digamos de New York. Lo digo
porque no es difícil, yo alguna vez lo hago; para eso están las redes sociales,
¿no?
¿De verdad creéis lo que cuentan
en Españoles por el mundo, Andaluces por el mundo, Turolenses por el mundo…? ¿No os
planteáis el porqué de la proliferación misionera de estos programas anunciando
un nuevo mundo FUERA de nuestras fronteras? ¿Podría ser que aquí no hay sitio
ya para todos? ¡Aquí! ¡En la patria de Hernán Cortés! Donde hubo un tiempo en que
emigrar era el estado natural.
Aquí lo que interesa es
mantenernos en una «pobreza sostenible». Mantener un ejército de trabajadores
en la reserva (nada nuevo, ya lo decía Marx a mediados del XIX). Millones de
trabajadores sin empleo, subsidiados, subempleados o directamente bajo los
puentes. Sobreviviendo gracias a las «redes sociales» (y no me refiero a
facebook, twitter) a la pensión del abuelo que acoge a las familias hambrientas
de sus tres hijos. Al menos en la versión social mediterránea.
Porque casi todas las especies lo
hacen, delfines, elefantes… por pura urgencia genética, que a su vez, supongo
que convierte los impulsos genéticos en éticos, involuntariamente. No me preguntéis la
explicación, ¿puede que los miembros de una misma especie se reconozcan en el
ejemplar de al lado? ¿Que el defenderlo vaya implícito en el código genético
como una extensión del instinto de supervivencia de uno mismo?
¿Qué clase
de fiera salvaje e inhumana hay que ser para sonreír y andar braceando con fingido
vigor al lado de Ángela Merkel en el camino de Santiago mientras tu país se
hunde en la miseria? ¿Eh, Mariano? ¿Qué clase de hiena eres?
¿Eliminamos
la protección social a los más desfavorecidos? Bien. Volvamos a la selva
darwiniana. Pero entonces, no nos extrañemos de que los de abajo se armen,
roben y asesinen. Pero la eliminamos TODA. Eliminemos la policía y los
bomberos. La Casta los tiene privados. A ver cuánto aguantan.
¿Cuánto poder adquisitivo has ido
perdiendo, primero por la inflación (que es el impuesto de los pobres), ahora
por la devaluación laboral, ya que no puede devaluarse la moneda… ¿qué
evidencia tienes de que dentro de 10 años alguien decida que vivas mejor? Hasta
ahora ha sido al revés, ¿no? Excepto un pequeñísimo paréntesis histórico que le
pilló a tus padres… no a ti. Y desde
luego no se va a repetir para tus hijos.
Como explica estupendamente Beatriz Gimeno (ver artículo[1]):
« […] Cuando la sanidad sea un derecho
sólo de los que tienen trabajo legal, como en EEUU, ésta se convertirá en una
potentísima arma de negociación (por llamarlo de alguna manera) en manos de los
empresarios. Con tal de tener un seguro médico más o menos decente para su
familia la gente estará dispuesta a trabajar aun más barato. […]».
¿Aún…
más… barato? ¿A que parece increíble? Pues sí. Siempre se puede.
La reflexión que me hago es: ¿quién
sufre más? ¿Un ciego de nacimiento, que jamás ha conocido el color, o alguien
que pierde la visión tras un accidente a los 35 años?
¿Un pobre que nace, crece y muere
entre la pobreza en Somalia o un titulado universitario arruinado vagando por las
calles de Londres? En realidad, gracias al satélite, sufren los dos.
Aunque la miseria sobrevenida, para
alguien que vivió en la clase media, disfrutó de una mínima dignidad, a la
larga, lleva al suicidio o a la rebelión. Pero aquí hemos olvidado la Historia…
¡Pues que viva el vino!
* Por cierto.
D.E.P. Emilio Botín e Isidoro Álvarez (Santander y Corte Inglés). Tanta paz
lleven como descanso dejan. La Naturaleza, al final, siempre viene en remediar
la ceguera del hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario