(fotografía de nota de prensa de la Agrupación
Provincial de Almería – PSOE A)
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Se llamaba Pilar. Recuerdo cuando
fue noticia por su impecable expediente académico. Porque uno, que fue rentista
en el BUP de la anterior EGB, debido a la querencia natural por el mundo
exterior al aula, siempre admiró el saber y los expedientes de alcurnia. Hoy
debe rozar la treintena. En aquel entonces, Licenciada con Premio Nacional Fin
de Carrera, veinticinco matrículas de honor, doctorada en Derecho, alguien la
describió como «una mujer morena, 25 años, 1.70 de altura,
monilla, tipazo, risueña a veces, veloz».
Hoy, una vez concluida la llamada a
capítulo al pueblo andaluz para dilucidar nuestros representantes en la capital
hispalense (que son como los «Cantores de Híspalis» porque uno da la nota y los
otros cincuenta hacen palmas) no me resisto a recordarla. Seguro que anoche
–«madrugá» electoral donde las haya- no pudiste resistir la tentación de
calcular si hubieras vuelto a ser parlamentaria con los resultados obtenidos. Es humano.
Y humanos son tus lamentos:
«Es mentira que en los partidos se premie el
mérito y la capacidad. Muchísima gente me comentó que con mi currículo estaba
loca metiéndome en política. Pensaba que desde dentro se podían hacer cosas…».
« Ni
siquiera me han cogido el teléfono, yo no tengo problemas con nadie, lo único
que he hecho ha sido trabajar y este es el pago que obtengo»
Te puedo decir que algo raro
sospeché cuando vi un día en el ambulatorio de mi barrio, a un señor, que
probablemente haya sido en el pasado el representante del dios sevillano en la
tierra (almeriense), que más poder haya tenido en estas tierras bajo
plástico, reintegrado a su bata blanca de médico de a pié. De ahí para abajo,
imagina.
Hoy, que te ves ninguneada por los
que antesdeayer te prometían un futuro de rosas en el puño no creo que te
sientas con ganas de volver. Y suerte que no te fuiste con los de la gaviota
porque esos si que la llevan en el pico.
Por eso me encanta la Literatura. Tu
historia, Pilar, ya fue contada en el siglo XVIII por Donatien Alphonse
François de Sade. Marqués de Sade. Puede que si hubieras leído «Justine» hoy
serías ya una de las mejores docentes universitarias de este, nuestro país.
Aunque seguro que llegarás a serlo de todas formas.
El triunfo del
vicio sobre la virtud, donde ésta es aplastada por sistema, ya que el vicio, al
estar liberado de cualquier valor moral, siempre la aventaja y la supera. Es la
moneda de cambio del día a día en asuntos políticos. Pero eso tú ya lo sabes.
Porque me juego la bolsa a que has tenido que tragar algún que otro sapo con
anterioridad a tu «defunción» política.
Y
así te recuerdo. Una «Justine» comprometida. Por lo que sé, trabajadora hasta
el extremo, inocente espíritu enviado «como ovejas entre lobos» para captar el
voto joven.
Dice
el viejo refrán que: «Consejos vendo y pa´ mí no tengo», pero aléjate de ellos.
Vuelve a las raíces del Derecho que tú conoces mejor que nadie. Y mucha suerte,
Pilar.
«Dura
lex, sed lex»
4 comentarios:
Pues sí. Si tan lista es, debería haberse dado cuenta de que en política no tienen cabida las personas inteligentes, resolutivas, luchadoras......tan sólo los zotes.
Bueno, Maripili, todos sabemos ya que es lista pero sólo ella sabe si es inteligente.
Peazo apreciación! yo creo que es inteligente, aunque no la conozco, pero la perdió el idealismo. ¿Me alejo mucho de la realidad?
QUIEN NO LA CONOZCA, COMO A TODOS LOS DEL PSOE O LA PSOE. QUE OS COMPREN............
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