(imagen de J.M. Vidal / EFE /
El País)
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Excmo. Sr. Vicepresidente D. Diego Valderas Sosa:
Esto no es lo
que habíamos hablao.
Permítame su
Ilustrísima me dirija a usted en estos términos ya que le tengo por persona que
gusta de llanezas y no de armiños. Que ya dio buen ejemplo de su aprecio por el
lenguaje castizo con «La de las tetas gordas», que para nombre de zarzuela
suena bien, pero con las feministas no sé yo como estarán sus relaciones.
En mi pueblo,
a las buenas gentes, la política les importa un pepino. O sea, bastante. Por
que aquí la cuestión de hortalizas bajo plástico es como en el Casino de
Torrelodones que si apuestas tomate-rama, rojo, impar y ese año sale pimiento
tricolor en la ruleta de las grandes distribuidoras, estas buenas gentes se
jartan a pan con tomate en la cola del
banco mientras limosnean otro préstamo de campaña. Que la banca siempre gana en
los casinos y en el BOE. Que le voy a contar a yo a su Excelencia.
Pero vamos,
que esto no es de ahora. Esto ha sido así desde antes de la Constitución. La de mil ochocientos doce, me
refiero. Por que lo de la Deuda Externa viene ya de antiguo; la Prima de Riesgo
con el Emperador Carlos I de España (y V de dónde la Merkel) no llegaba a las
cotas de hoy pero ya se había puesto en manos de banqueros alemanes y
genoveses. Y entre Austrias y Borbones, Zapateros y Rajoys aquí estamos. Con la
bolsa limpia como una patena.
Pero
entremos al trapo que vienen que embisten.
Lo
que se está viviendo en las gentes del Sur es ya una guerra. Trashumando Despeñaperros también, pero yo como vivo
abajo y esquinao, pues eso.
Para
abreviar y no restarle tiempo de sus muchas obligaciones de vicepresidentear,
le relaciono los detalles más sangrientos:
Parte
de Guerra. Frente Sur.-
-Porcentaje de Unidades
combatientes SIN MUNICIÓN,
con todos sus miembros en paro: 17,73
%
-Media de desahucios del enemigo: 30 familias / día
-Porcentaje de heridos en combate
contra el desempleo: 33,20 %
Me va a permitir,
desde el respeto, hacerle notar a vuesamerced que el Subcomandante en jefe (al
menos de facto o bien pretendido) de esa fuerzas desarmadas del Ejército Sur,
más cargadas de razón que de cartuchos, NO PUEDE SONREÍR en las fotos
mientras sigue la degollina de sus mujeres y hombres en la última trinchera. Ni
siquiera debería usar coche oficial. El protocolo para los reyes, las duquesas
de Albas y los Palacios de San Telmos.
Un escolta con
dos pistolas y un taxi.
Y así sería
respetado cuando vaya a pasar revista por las provincias combatientes. Lo del
pañuelo palestino ya lo dejo a su elección, aunque un día de estos va a
amanecer la frontera de dónde el compañero Sánchez Gordillo –Marinaleda- con
más cola que los Rolling Stones, solicitando asilo político. Que a lo que
parece allí hay casa, trabajo y garbanzos.
Así que en mi
humilde opinión, no debería su Ilustrísima sonreír nunca. Quizá en privado al
hacer la mueca para afeitarse el pescuezo y con el pestillo del baño echado.
Ahí tiene vuesamerced
a mi paisana Rosalía Martín que no sonríe nunca. Al menos que se sepa.
Tiene su
Excelencia una responsabilidad muy grande. Grandísima. Enorme. La de evitar que
los que votamos la última vez, en la próxima ocasión que veamos una urna
votemos al señor Marqués de Guillotine. Y se lo dice un vasallo de vuesamerced
que fue uno de los diecisiete que le dieron silla en Sevilla a mi respetada
paisana Rosalía. A los otros dieciséis seguro que los conozco porque esto no es
muy grande.
A mí, y a unos cuantos millones
como yo, el futuro de Izquierda Unida, del Pesoe, del Pepé, del Bayern de
Munich y de Belén Esteban, sinceramente, se me da una higa. Por que IU es un
MEDIO, no un fin en sí mismo.
Si estamos a lo que estamos,
que las marcas blancas del Súper van siendo ya lujos de domingo, al menos sus
alféreces y alférezas en el Gobierno sevillano deberían renunciar a TODAS las
prebendas del cargo. Bonobús, pensión baratita en Triana y menú del día. Que
van servidos. Le aseguro que así tendrá el respeto de la sufrida infantería.
Que fue su Excelencia el que
nos invitó a la Rebelión. «¡Rebélate!», decía por los caminos sureños. Ahora no
querrá vuesamerced que nos la envainemos para seguir procesionando como en los
últimos treinta años, de cofrades de Ntra. Sra. Del Llanto y la Resignación.
Y le invito a que relea su
Ilustrísima la historia de aquí. Que en rebeliones somos doctores desde antes
de D. José María «El Tempranillo». A ver si vamos a volver a la guerra de
guerrillas, que tan bien nos fue contra Napoleón, pero en vez de asaltar
patrullas de gabachos, la peña se va a dedicar a trabajarse los furgones de
«Prosegur». Quedando «El Dioni» para los libros de texto como Viriato.
Y es que
no es para menos. Una vez calculé, con el permiso de su Ilustrísima, la pérdida
de poder adquisitivo que habremos tenido los de infantería en los últimos
treinta años. Y mejor no se lo digo... Si las empresas deciden que lo justo es
pagar una soldada de 650 ducados del rey nuestro señor, supongo que son
conscientes de que para vender sus cántaros, botijos o adobes tendrán que
hacerlo a un precio proporcionalmente rebajado. O se los comerán con salmorejo.
Esto es de todos sabido, claro.
Por
otra parte, me alegro de que haya parado su Excelencia el recorte-relámpago que
iba a hacer. Aunque por lo que se ve,
desde su Gobierno (igual a Su Ilustrísima no se lo han dicho), le han
escrito al Inquisidor General de Haciendas del Rey que no se preocupe que los recortes se van a llevar a rajatabla.
Que esto es sólo un paréntesis para negociar con los sindicatos y eso.
En
fin, ojalá le iluminen los cielos a su Ilustrísima y nos mejore un poco la
escudilla. Que
ahora vendrán los talibanes de la tertulia a quemarme en auto de fe en la Plaza
Mayor. O peor. A decir que soy un cagatintas de Intereconomía o cualquier otra
barbaridad. Y sólo soy un John Doe. Mi vida ya está vivida y no tengo muchas
esperanzas en el futuro. El problema es que hay seis millones como yo. Y un día
se van a cabrear.
Y
me despido ya de vuesamerced, dedicándole (pidiendo antes perdón a D. Francisco
de Quevedo), desde el cariño y el respeto, una coplilla, por si la puede hacer
llegar a la Santa y Apostólica Confederación de Empresarios de Andalucía. A la
que dios guarde y mantenga alejada de nosotros.
Coplillas salariales
Tu me bajas
yo no compro
tu no vendes
me despides
compro menos
das en quiebra
y nos vamos
de la mano
los dos juntos
a la mierda.
Su seguro servidor,
Un don nadie.
4 comentarios:
Cada día me sorprendes más...ea, ya no tengo más que decir.
Pues, Marijuli, no sé si eso es bueno o malo...
Por ahora y por esta entrada, muy bueno...luego Dios dirá...
Un don mucho, chaval.
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