miércoles, 17 de julio de 2013

¿NOS AHOGARÁ LA MIERDA?





L

a mosca común (Musca Domestica o Cojonera Muscae) tiene un ciclo vital de unas dos semanas. O sea que una mosca que nace el 1 de febrero y la diña el 15, no conoce el verano. No puede, no lo imagina, para ella es una quimera, un rumor, un mito. 
 

Las generaciones de éste, nuestro solar —puede que patrio y puede que no—, que nacieron después de Franco, en democracia —o como creo yo que se debería llamar: «SinFrancocracia»—, no conocen otra cosa, creen que la corrupción, la mierda, los enchufes de la casta política a sus cuñados —cada uno en su cortijo de votantes—, han estado siempre aquí. Y tienen razón. Desde Recaredo. 


Lo que no había conseguido nadie, incluyendo al Imperio romano que tardó doscientos años en pacificar la Hispania… es que nos rindiéramos sin luchar. Sin degollina ni sangre ni polvareda. Y llega un Registrador gallego medio lelo y resulta que tiene más cojones que las legiones de Julio César. 


Los que lucharon contra la Dictadura están muertos y/o enterrados. Uso la conjunción disyuntiva porque se puede estar muerto sin enterrar y al revés. Enterrado en pasta en un cómodo sillón de asesor de algo, pero silente ante el hedor.   


Con lo que tenemos un pueblo superguay al que de pronto le quitan los derechos que tantas vidas costaron —A un íbero le ibas a levantar tú las cabras sin que te rebanara las partes berrendas…— y claro, luchan como están acostumbrados a hacerlo: cambiando de canal la tele de plasma. No conocen otra cosa. No es su culpa.



Así que se envalentonan. Al fin y al cabo, a la Casta y sus familiares, al perder las elecciones les espera un dorado retiro de consejeros de alguna multinacional. Se les da una higa que haya que pasar un país por la máquina de picar carne porque Alemania dice que hay que hacerlo.


Pero es que además, como se acabó la pasta, aparecen los «niños cantores» —los Bárcenas de turno— que conociendo el fraude y la buena vida que han llevado desde el rey hasta el último concejal de Torrelodones desde 1978 no están dispuestos a pasar una temporadita en el hotel La Reja a cuenta del Estado. 


Y no pasa nada. Como esto está cerrado en verano…


Así que me reitero en mi idea de que nos invada Uruguay. Que Pepe Mújica es un tío cojonudo. 


De todas formas me voy a comprar un chaleco salvavidas de color marrón, porque lo malo de esto es que el naufragio del Hispania no será en agua. Será en mierda. 





Feliz verano y que el diablo reconozca a los suyos. 





No hay comentarios: