sábado, 14 de diciembre de 2013

SEGURATAS




Y
a la tenemos otra vez liada. Cada vez que Mariano le presta el Monopoly  (o sea el BOE) a sus amiguitos ministros para que jueguen, la lían parda. Ahora lo tiene el de Interior, y claro, ha montado la Ley de Seguridad Privada.  Qué cruz.

            Se pone, se pone, se pone… y luego… si sale con barba san Antón y si no la Purísima. Pero siempre por nuestro bien. Eso sí. Y para su beneficio, claro. 

            Resulta que ahora ya nos van a poder detener por lo civil. Pedirnos el DNI, interrogarnos,  engrilletarnos y lo que se le ocurra al segurata de turno. Los vigilantes ya podrán apatrullar la ciudad. Y oye, teniendo en cuenta que la mayoría son militares o polis frustrados (aunque sea de municipal multero), que conozco a unos cuantos, pues mira, les va a gustar. Porque vamos, nadie nace con vocación de guarda jurao´. De ser un boina verde o entrar en Los hombres de Harrelson, sí, pero de guarda de la porra no.
        
Pues ya, con la nueva ley, te podrán detener por el seguro o por la privada. ¿Qué eres un Macarra de ceñido pantalón / pandillero tatuado y suburbial / hijo de la derrota y el alcohol / sobrino del dolor…? Te mandan una pareja de armarios empotraos´ que oye, por 800 euretes al mes que cobran (brutos, el que llega), estoy seguro de que van a ser escrupulosísimos en respetar tus derechos, en custodiar las posibles pruebas del delito, y sobre todo en jugarse el pescuezo para todo ello. Fijo. Sobre todo si han tenido que doblar turno y aguantar a un jefe cabrón. Vas a ser el tío más respetado cuando te hinquen la rodilla en la espalda contra el suelo. 

No es que diga yo que los actuales componentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado sean la crème de la crème de Oxford o Harvard, pero han tenido que pasar una dura fase de oposición como cualquier funcionario y dos o tres años de formación, más el período de prácticas en destino. Un segurata, paga 900 € a una academia privada, hace un curso de poco más de un mes y listo: licencia para aporrear. 

Ya me parece ver a las señoronas del barrio Salamanca con sus abrigos de marta cibelina… 

Ay, Cayetana, pues yo, desde que están patrullando estos chicos me siento como más segura. Como mi Leandro es presidente de BORJASECURITY, le tiene dicho al gerente que aquí al barrio mande a los chicos más guapos y más amables. Una vez le dije a uno que si no me podría detener al pobre ese tan feo que se pone a pedir cerca de mi portal, que quieras que no, afea bastante, y enseguida le dieron una paliza y se fue. Más majos…

            ¿Y qué prisa tenía Mariano y su ministro del Opus Dei en sacar adelante esta ley? Pues oye, que están viendo que se les acaba el Marianato (que les quedan dos años) y tienen que preparar los botes salvavidas de lujo como hizo el otro tras el Zapaterato. Cómo verán venir la cosa de negra. 

            Uno ya, de tanto fijarse, cree haber encontrado la única diferencia posible entre los políticos de izquierda y los de derecha. La izquierda roba de noche y a escondidas hasta que los pillan. La derecha a pleno sol y sin vergüenza ninguna. 

            Siempre, no lo olvidemos, seguid la pista del dinero (como en la novela negra). Y ¿a quién nos encontramos? Coño, a Mayor Oreja y su familia nada menos, con intereses en una de las empresas de seguridad más gordas (si seguimos tirando del hilo aparece hasta Martín Villa, también ex-ministro de Interior), incluso al mejor embajador de España que tenemos en Londres (el conquistador de la isla de Perejil), Federico Trillo.
       
Así que, ¿para qué van a esconderse? Hace poco, el mismo secretario de estado de Seguridad lo dijo clarito, que esta ley «pretende ayudar a la consolidación de un sector en pleno auge». Normal. Si hasta el ministro lo ha reconocido. A la industria que le vayan dando, que los alemanes se cabrean si no la llegamos a tener desmontada casi por completo, pero los servicios sí: camareros, seguratas, diplomados en mocho y escobón… Si vuestros hijos tienen algún padre o alguna madre en la «casta» no habrá problema, pero si no, yo iría matriculándolos ya en clases de chino o alemán (además de inglés fluidito, claro) para cuando terminen la universidad.
  
Sinceramente, hace muchos años trabajé codo con codo con compañeros seguratas, y hay buenos profesionales, claro. Pero mejor no os cuento lo que vi, lo que oí y lo que callé. Que todos los nacidos por aquí llevamos un «Dioni» dentro.

            Aunque os digo una cosa. De perdidos al rio. Si ponen a patrullar a mi amor de juventud (Erika Eleniak)… pues mira.  



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