BERLINESES

—¡Quita de enmedio, Joachim, que eres un pesao!

 

 

—Como me saquen las lorzas me llevo el Vaticano a Frankfurt.

—No sé yo si estos italianos habrán echao cocodrilos…

— (… ¡Kaputt!, estoy más gorda, antes la piscina solo subía medio metro cuándo entraba…)

— Hijo de mi vida, ¿todavía no sabes hacer la división con llevadas? Venga, despacito, repítemela…

—No hay manera de que te quites la caspa, jomío. Ni para venir a ver a la tita Ángela.

—Sí, tú babéame mucho, que te voy a crujir igual.