ESTOY HASTA EL COÑO

La verdad es que el tema de las relaciones personales intersexos nunca lo he llevado bien. Quitando algunos meses de un feliz matrimonio que se extendió inexplicablemente durante diez años con una santa exmujer, a la que dios guarde y le conceda una vida larga y provechosa, he sido un desastre.

            Y no soy mala gente, ¿eh? Que si me comparo con la media del «Dow Jones» del «mercao» de la caza y la pesca cuarentona... madre de dios. Una vez entraba al baño de un conocido y superpijo Púb. (que no se que hostias hacía yo allí, la verdad) cuando alcancé a escuchar la interpelación de una chica muy mona y simpática a otra (o sea dos cincuentonas con una peonza del doce) en los siguientes términos:

            -«Mira nena, pa´ lo que hay ahí fuera... mejor nos hacemos un dedo... »

            ¿Desalentador, no?

            He conocido mujeres rubias y morenas, altas y bajas, ateas, musulmanas y testigas de Jehová... nada nene. No hay manera. Me da la impresión de haber pasado los últimos once años, desde que mi ex, con infinita sabiduría me comentó que se iba, y como era domingo, pensé que iba a por calamares para la paella. Hasta que la volví a ver dos años después cruzando un paso de cebra. Tuvo la delicadeza de no atropellarme. Motivo por el que siempre le estaré agradecido.

            Soy un tipo que adora la literatura. Incluso he conseguido odiar el fútbol. Me gusta ver pasar la carretera en mi custom, los boquerones fritos y Arturo Pérez-Reverte. No hay mucho más que decir de mí. Tengo dos botones: «On» y «Off». Por supuesto que tengo muchos defectos, claro. Pero estoy en la media.

            Con las parejas erótico-festivas que he tenido podría escribir el «Decamerón» pero aplicado a la psiquiatría clínica. Veo a mis amigos no-divorciados y los envidio. No tienen que pasar el test de capacitación femenino, la Selectividad sexual y la nota de corte cada vez que van a morderle el elastiquillo del tanga a su esposa. Tienen programados sus cabreos, sus discusiones, establecidos sus tiempos de reconciliación posterior. Joder. Es un chollo.

            Mientras que yo, que vivo sin vivir en mí, ando como alma en pena después de cada relación. Como un guerrillero al que mandan cada seis meses a territorio enemigo a intentar infiltrarse en las selvas del Monte de Venus donde la muerte puede estar esperándote detrás de cualquier rizo.

            Así que he decidido que se acabó. Estoy cansado. De hecho nunca he buscado nada. Siempre ha «surgido». Pero coño, cada vez que termino algo ¿por qué tiene que ser con un «que te follen», después de pasar semanas con la sensación de que soy un malvado barba azul?

            Joder, ¡si lo último que me han dicho es que tengo un «negro» que me escribe las entradas del Blog! Como si yo usara esto para ligar. Cágate manolín.

            Con lo cual, como el Blog lo escribo yo, pues lo voy a usar como anuncio por palabras.

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                                                   NO BUSCO NADA

            Pero oyes, si estás entre 35-45 años, te gusta leer, pasear en moto, el buen sexo, los boquerones fritos y no tienes demasiados problemas mentales... si te apetece escríbeme.

                                               loboblanco@andaluciajunta.es

              Y si además perteneces al sexo femenino, pues sería estupendo, claro. 

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