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e verdad que lo siento. Sé que estamos en las fechas
que estamos, pero tengo que acabar el temario. Ya con esto concluimos. Es que
no podía ultimarlo sin hablar un poco más en profundidad sobre lo que va a pasar con la energía
solar ibérica. Un tema que hay que tocar. Con cuidado que quema.
Al albur de la presión
ejercida por las grandes empresas de energía sobre el gobierno este de los Clicks de Famobil que nos rige, pues
resulta que eso de que cada uno/a se genere su propia energía... el ministro
Soria (que es canario) dice que verdes las han segado.
Que
no. Hasta ahí podíamos llegar.
Así
que sacan la maquinilla de los Reales Decretos —que ya echa humo porque eso de pasar las leyes por el Parlamento es de
cobardes, y además deberían llamarse Rajoydecretos
porque el rey nuestro señor está a lo suyo con lo de la muleta con pitos y
luces— y aprovechando la canícula veraniega con nocturnidad y alevosía nos
legislan y nos quedamos legislaos con
dos palmos de narices.
En
consecuencia lo que hasta ahora era una práctica —minoritaria pero atractiva y
en ascenso— de invertir en paneles fotovoltaicos para liberarse del Leviatán del oligopolio energético ibérico
se convierte en una quimera.
Antes,
mi primo Eutiquio podía instalarse unos paneles solares en el techo de su
cortijo en Valdecollejas, producir su propia electricidad para sí mismo y su
cabaña (lanar), amortizar la instalación en pocos años e incluso revertir el
excedente a la red eléctrica siéndole éste retribuido. Él gasta poco y las
ovejas casi no se duchan.
Así
mi primo practicaría el autoconsumo con
balance neto sin saberlo. Fíjate tú mi primo. Y la factura sería la
diferencia entre la energía aportada y la consumida (en el caso de las veces
que tenga que echar mano de energía que no sea autoproducida).
O
sea, que mi primo estaría a un tris de tener soberanía energética. Podría poner una bandera en los paneles
solares del techo del cortijo con su escudo de armas (algo como un carnero en
campo de gules y de lema: Soli gratias, por un poner). Además
de adiestrar a sus mastines como fuerza de intervención rápida para morderle
las criadillas a cualquier representante de las eléctricas que hollara el
cortijo.
Pero
llegan estos y dicen que nones.
El
12 de julio de los corrientes, al alba, con viento de levante, van y aprueban
un Real-Rajoy Decreto por el que
se adoptan medidas urgentes para garantizar la estabilidad financiera del
sistema eléctrico. O en román paladino:
—Se incrementa la parte fija de la factura de la luz.
Penalizando así a los consumidores que intentan ahorrar energía.
— Se impone un
gravamen al autoconsumo por la energía (normalmente solar) que se va a
autoconsumir sin pasar por la red. El llamado Peaje de Respaldo.
— Se legisla un
recorte económico de manera retroactiva a las empresas de producción de
energías renovables.
Peaje de Respaldo.- Supongamos que mi primo Eutiquio tiene en su
cortijo de Valdecollejas unas ochenta ovejas (paneles solares) que producen corderos (energía). Pues bien,
según este «Peaje», el gobierno le obliga
a que para consumir dicho cordero (energía) lo lleve a un carnicero de la red gubernamental,
pase por caja (de las eléctricas) y vuelva a su casa con el cordero sellao a asar las chuletillas del lechal.
¿A
que parece ciencia-ficción? Pues no. Está pasando.
No
os molesto más. En septiembre, cuando volvamos de la playa, la factura de la
luz habrá subido y los que invirtieron en paneles solares los usarán para asar
sardinas.
Pero
como ya habrá empezado la liga y estaremos en guerra con la Royal Navy en
Gibraltar casi no se notará. Sobre todo si mandamos a combatir al submarino ese
que ha construido nuestra empresa puntera Navantia
que no flota. Parece que le sobran
unas 100 toneladas. Todo por unos módicos 800 millones de euros.
Así
que lo de la luz será un chiste.
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