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imagen: El Mundo
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¿O alguien piensa que uno solo de esos derechos se
consiguió viendo la televisión en el sofá? Damos por hecho que la libertad de
expresión, la abolición de la tortura, la educación de nuestros hijos, la dignidad
de nuestros mayores, estuvieron ahí siempre. Como el oxígeno para respirar. Y
no fue así.
Así que hable él:
¡Indignaos!
Stéphane Hessel (2011)
« […] A partir de 1945,
después de un drama atroz, las fuerzas presentes en el Consejo de la Resistencia
emprendieron una ambiciosa resurrección. Recordémoslo, fue entonces cuando se
creó la Seguridad Social tal y como quería la Resistencia, como su programa
estipulaba: “Un plan completo de Seguridad Social cuyo objetivo sea garantizar
a todos los ciudadanos los medios de subsistencia, en todos aquellos casos en
los que no puedan procurárselos a través del trabajo”; “una jubilación que
permita los ancianos trabajadores finalizar sus días con dignidad”. Las fuentes
de energía, la electricidad y el gas, las minas de carbón y los grandes bancos
se nacionalizaron. Era esto lo que el programa preconizaba: “El retorno a la
nación de los grandes medios de producción monopolizados, fruto del trabajo
común, de las fuentes de energía, de la riqueza del subsuelo, de las compañías
de seguros y de los grandes bancos”; “la instauración de una verdadera
democracia económica y social, que implique la evicción de las grandes feudalidades económicas y
financieras de la dirección de la economía”. El interés General debía primar
sobre el interés particular y el reparto justo de las riquezas creadas por el
mundo del trabajo, sobre el poder del dinero. La Resistencia propuso “una
organización racional de la economía que garantice la subordinación de los
intereses particulares al interés general, libre de la dictadura profesional
instaurada a imagen de los Estados fascistas”, y el gobierno provisional de la
república recogió el testigo.
Una verdadera democracia necesita una prensa
independiente; la Resistencia lo sabía y lo exigió: defendió “la libertad de
prensa, su honor y su independencia con respecto al Estado, los poderes económicos
o las influencias extranjeras”. Esto es lo que, desde 1944, todavía recogen las
ordenanzas de prensa. Sin embargo, es esto precisamente lo que a día de hoy
está en peligro. […] »
« […] Se atreven a decirnos que el Estado ya no puede
garantizar los costes de esta medidas ciudadanas. Pero ¿cómo puede ser que
actualmente no haya suficiente dinero para mantener y prolongar estas
conquistas cuando la producción de riqueza ha aumentado considerablemente desde
la Liberación, un periodo en el que Europa estaba en la ruina? Pues porque el
poder del dinero, tan combatido por la Resistencia, nunca había sido tan grande,
insolente, egoísta con todos, desde su propios siervos hasta las más altas
esferas del Estado. […] »
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Hoy, a las ocho de la tarde —confirmado por
fuentes vaticanas—, ha prescrito la infalibilidad que otorga el Espíritu Santo
al papa por haberse retirado. Tras no poder con las intrigas en la corte
vaticana. Estamos en Sede Vacante.
Pero
la verdadera Sede Vacante es la que deja la generación de Stéphane Hessel. ¿Dieron
su sangre para nada? El s. XIX —con la revolución francesa— fue el
planteamiento, el s. XX —el de los líos— el nudo, puede que el s. XXI sea el
desenlace. En nuestras manos queda que la historia de nuestra especie sea
comedia o tragedia.
Nadie
nos lo perdonará nunca.
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