lunes, 6 de septiembre de 2010

La Antropología y el Mandala (2)

   Esta vez no voy a cometer el error de llamar a la chica protagonista, de alguna manera común. Me niego. A pesar de haber comprobado que no existe ninguna chica con ese Nick en la página, podría darse de alta en cualquier momento. Creo que la voy a llamar la chica Π ( léase la chica PI = 3,1416 ). Empezando porque ya está científicamente demostrado que el hígado femenino no absorbe igual el etanol que el masculino, ya tenemos un problema. Además del añadido de que la vejiga femenina normalmente es de menor tamaño, por lo que la chica Π, siempre se está haciendo ΠΠ (pipi). Se la puede reconocer porque pasa bastante tiempo en los aseos femeninos. Pero no trabaja allí, no.

   La jornada preparatoria para ir al local de copas de moda en Almería, El Mandala, o sea la jornada mandalera de la chica Π, comienza temprano. Alrededor del mediodía ya está tirando de agenda para quedar por la tarde con su amiga ß ( Beta ), y su otra amiga Σ ( sygma ). JAMÁS llamará a su amiga α ( alfa ). ¿Porqué no la llamará?, porque piensa que está más buena que ella y la odia. Su amiga α es una maldita consumidora de hamburguesas que su metabolismo convierte inmediatamente en músculo y le endurece los pechos. Es odiosa. Ella que suda durante toda la semana en el gimnasio para rebajar dos micras de michelín y poder ponerse la camiseta de la misma talla que tenía a los quince años. Menuda guarra la α.

   Hay algo imprescindible en la chica Π. El público. Necesita desesperadamente público, da igual la composición del mismo, pero que sea abundante y babeante. Chicos sobre todo, claro. Por eso no se permite cometer el error de ser puntual en las citas. Ella tiene que ser ¡la última en llegar!. Cuando todos se pregunten si se dignará honrarlos con su presencia. Debido a esto, después de quedar con sus amigas ß y Σ, se lanza a una vorágine de llamadas a chicos. Queda con su amigo ε ( épsilon ) a la misma hora, pero en distinto sitio que con Ω ( omega ) , como si tuviera el don de la ubicuidad, pero en realidad es para asegurar la posible inasistencia de alguno. Esta operación con los chicos, la repite unas cinco veces, lo que hace un total de cuatro citas imposibles de cumplir. No importa, solo uno de ellos será el agraciado con contemplar su canalillo. Los demás saben donde estará al final de la tarde. ¿Adivináis dónde? –leed el título del Blog, si- .

   Antes de salir, para celebrar el haberse conocido a sí misma, decide descorchar por quinta vez la botella de MojitoManrique. Y se hinca unos chupitos. Solo siete. Sin abusar. La chica Π no va al BananaCristal a etanolizarse, eso sería vulgar. Y tras pasar unas horas en el aseo, que bien podría utilizarse como túnel de secado de Titanlux, sale. Calcula mentalmente cual de los chicos tiene el último modelo de deportivo, cosa sencilla. Los tiene en la agenda del móvil por vehículos. PacoBMW-X5, ManoloVWagen-Touareg, SalvaMercedes-Kompressor…y se encamina a la cita del coche que le apetece esa tarde.

   Como es natural, exige a ε ( épsilon ), el chico agraciado esa noche –con su descapotable impoluto, claro- que la deje en la misma puerta de Mandala, claro. Para que la vean bajar del cochazo. A él no le importa dar otro par de docenas de vueltas a la manzana para aparcar. El segurata sonríe, se pone en posición de firmes cuando la ve, y estrecha sus Tríceps para que pueda pasar. Y por fin entra. Siempre se sabe cuando entra. Se produce un pequeño tumulto en las escaleras de entrada y las alfombras rojas absorben casi la misma cantidad de babas que si entrara Beyoncé.

   La chica Π no pide copas. Antes de que se apoye en la barra ya tiene puesto su combinado favorito, y a cinco “opositores” para pagarlo. Pero solo puede quedar uno. Como en “Los Inmortales”. Ella mantiene una monoconversación con todos a la vez. Es una monoconversación porque habla solo ella y los chicos monos asienten.

   No está comprobado, pero se cree que existe en El Mandala una grabación DJ, de todos los temas que más suenan en pista en ese momento y que se activa por reconocimiento Biométrico de las pupilas de la chica Π. Así que… a saltar. Sale a pista, seguida por sus amigas ß ( Beta ) y Σ ( sygma ) como cohorte. Le lanza un beso a su amiga α ( alfa ) en la lejanía. En realidad ese beso es un mensaje, “Sí, tus tetas están más duras, pero el mundo gira alrededor de las mías, zorra”.

   Seis cubatas, con sus correspondientes invitaciones a seis chupitos de MojitoManrique –faltaría más- más tarde, nuestra chica empieza a ir al baño. Cada vez que va, se encuentra más divina de la muerte. Ve su frente más luminosa, sus ojos con una mirada más profunda…en realidad está sudando como una cerda y se le ha corrido el Rimmel hasta el pescuezo dejando un reguero negro. Pero su percepción está alterada y solo ve a través del nivel crítico de etanol. Divina.

   En su última visita al baño se da cuenta de que no debió tomar tanta lechuga al mediodía. Le ha sentado mal. El vómito verde da fe de ello. Así que se retira. Chasquea los dedos y un raudo voluntario la lleva a casa. Su vestido blanco, antes inmaculado, tiene tantas huellas de manos en el culo que el CSI tendría que pedir muestras a media ciudad si la asesinaran. Pero no. Llega a casa, despide amablemente en la puerta al voluntario cogiéndolo por las muñecas y en una rápida llave de Jiu Jitsu que consigue soltar las manos de este de los tirantes del sujetador, se libera de él.

   Decide ducharse por la mañana, porque no está segura si hoy es viernes o sábado. Igual hay que salir mañana otra vez. Uffff. Además tiene que cambiar las sábanas de todas formas. Así que mientras duerme, deja una perfecta reproducción en la almohada de su cara, emulando a la sábana santa de Turín.

Notas:
Cualquier parecido con la realidad es PURA CASUALIDAD. La chica Π NO ESTÁ en la página. Puede que yo la conozca, sí. Pero ni me he acostao con ella ni lo volveré a hacer. Lo juro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajajja, con que leyese este no?