sábado, 10 de marzo de 2012

POR TÍ DOBLAN LAS CAMPANAS.



No te reconozco. Abierto en canal encima de la mesa. Frío como una losa de mármol cuando siempre fuiste calor, movimiento, giro, vida.

            ¿Qué te ha llevado aquí, mi buen amigo? A este estado del que no puedo rescatarte. Porque la muerte en un accidente de tráfico siempre es cruel por aleatoria. Pero esta muerte... una muerte que de tan simple es horrorosa. Dejar de estar vivo.

            Creo que fue hace cinco años cuando  nos vimos por primera vez. Tan joven, tan atractivo, tan a la última. Y empezamos a compartir secretos que con nadie compartí. Ni compartiré. Te los llevarás a la tumba; tú los secretos y yo el recuerdo de ellos. Por suerte no todos. Aún nos queda otro amigo común que se unió a la partida. El Flaco, le decíamos. Aunque él no tiene tu fuerza, tu capacidad. Pero es lo que me queda de ti.

            Requiescat in pace. Donde quiera que termines no permitiré que nadie hurgue en tus entrañas. Te arrancaré el alma para quemarla y hacer humo la memoria. Al fin y al cabo, más pronto que tarde yo mismo seré humo.

            Y gracias a que siguiendo la conseja de un buen amigo, me compré un pendrive. El Flaco, le decíamos. 4 Gigas. Porque cuando se te muere un disco duro externo de 250 Gigas se te lleva media vida.





2 comentarios:

La Maripili dijo...

Ya te vale....entre la foto que has usado que ha sido durante mucho tiempo la de perfil de un bloguero muy conocido y desaparecido desde hace un tiempo, y el final, no sé si darte la enhorabuena por el relato o retarte a que me lo leas en la calle...jajajajajjaa

Joe Black dijo...

Pues oye, no sabía lo del Blogger... el universo conspira para cumplir tus deseos.