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imagen: lavozlibre.com
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í. Es la famosa frase que pronunció D. Miguel de
Unamuno en 1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca durante la
celebración del Día de la Raza, nada
menos que ante el general-tuerto de La Legión José Millán Astray después de que
éste gritara: «¡Viva la muerte! ¡Abajo la inteligencia!». Con dos cojones.
Han
hecho falta casi dos generaciones para que, como la mierda en la taza del inodoro,
salga a flote el tren de vida de los sucesores, herederos y cuñados del
anterior Régimen, sumados a los del paréntesis «socialista» permitido para que
haga bonito en esta «Democracia Asistida». El montaje de la transición, la gran
mentira del suicidio de las Cortes del Generalísimo de todos los ejércitos, no
fue gratis. Ni mucho menos. A todos los Procuradores franquistas y demás ralea
se les aseguró que tendrían el riñón bien cubierto y la ausencia de
represalias. Ahora que todos se han llevado hasta las toallas a Suiza —que
siempre pillan al más tonto y al que menos trinca: léase Luis Roldán, Juan
Guerra, «los gürteles», Luis Bárcenas— no queda sino batirnos, que diría el
Capitán Alatriste. Lo malo es que no queda con quién batirse. Las grandes
empresas, la gran banca ya no es española, son transnacionales. Aquí lo único
español que va quedando es la paella.
Yo para mí que estamos
viviendo tantos acontecimientos históricos que no podemos asumirlos. Por eso éste,
no podía dejarlo pasar sin dedicarle unas letras: Seis millones doscientos mil desempleados/as. Y en las «manifiestaciones» del Primero de Mayo salen
los cuatro de siempre. El sofá hispánico que no cesa.
Cierto es que seguro
que muchos de los franceses que vivieran en las afueras de Dunkerque en 1940 se les pondrían los ojos
como platos al ver aparecer a los panzer alemanes.
La Historia solo se aprecia bien desde la distancia.
Tenemos más desempleados
que habitantes hay en Dinamarca, en Finlandia o en Noruega.
Leía ayer un artículo
de mi admirado Juan Torres, donde refería a un economista polaco que ya
advertía hace 70 años que para el Capital, el pleno empleo es inasumible, por
que el paro dejaría de ser un medio de disciplinar a los trabajadores. El
Capital prefiere tener las aceras del
INEM llenas a rebosar de jornaleros hambrientos y despojados.
Puede que tú, cuando
leas esto, pienses que vas a escapar. No
me refiero siquiera ya a la conocida cita de Martin Niemöller —erróneamente
atribuida a Bertolt Brecht—: «Primero
vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque
no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque
no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie
que pudiera hablar por mí»… No. Me refiero a que te podía pasar por la
cabeza que tú, como eres funcionaria/o, o eres un ejecutivillo intermedio de
una empresa de tronío, que tú no. Tú no eres un «perroflauta», ni te tocará el
desempleo. Al fin y al cabo, si le damos la vuelta a la cifra de desempleados,
hay un 73 % de paisanos que trabajan ¿Por qué iba a tocarte a ti?
El problema de la
defenestración del solar ibérico, es que aquí, de la clase media, no se escapa
ni el apuntador.
Te puede tocar en dos
formas:
1.- Antes, el lumpen
estaba acuartelado en sus guetos, salía de vez en cuando a tu barrio y te
robaba el radiocasete. Bueno. Era soportable, los guetos se mantenían apartados
de ti, la policía de vez en cuando le daba unas collejas a los robagallinas y
listo.
Pero,
hete aquí, que se ha acabado la pasta. Pronto dejarán de entrar en los guetos
los trabajadores sociales, y no habrá pasta para mantener en una pobreza sostenible
de guitarreo en noches de luna, trasiego de cobre y oros y puchero de garbanzos
a los habitantes de la marginalidad. Que suelen acompañar su miseria de
sustancias que les ayuden a no maldecir el día de su nacimiento. Y el grifo
para la grifa también se ha cerrado.
Con lo cual, ¿Tú qué
crees que van a hacer esos miles de ciudadanos, hasta ahora controlados por la
paguilla y la farlopa? Te hablo de ellos porque serán los primeros que irán a
tu barrio. Después iré yo.
Eso sí que va a ser un
escrache. Te van a rajar la glotis
para llevarse los cinco euros del pan —a
ti, a tu hija o a tu madre—. Claro que en una cabalgada tendrán que rajar más
de un pescuezo para que salga rentable.
Cuidadín,
que ellos No tienen la culpa de su
marginalidad.
Pero
si tú metes un cerdo en la jaula de un león se lo zampa y se cuenta veinte.
Punto pelota.
2.- Un día, tu madre, tu hija o tu mujer, se
pondrá enferma y necesitará asistencia sanitaria urgente —no lo quiera dios—. Y
puede que la ambulancia que necesitas tenga que venir del quinto coño porque no
hay, o que te la tengan en un pasillo cuajado de orines tres días porque no hay
camas, o que te la opere un futuro médico con menos experiencia porque están
recortando las prácticas universitarias, o que el hilo quirúrgico sea del
barato porque han privatizado el hospital y se le infecte la sutura… la lista
puede ser completita.
Segundo
cuidadín, que el personal sanitario Ya
está compuesto a día de hoy por Héroes y Heroínas anónimas que hacen lo
imposible con lo que tienen.
Hay
más formas en las que te puede afectar la crisis, pero al fin y al cabo, cuando
tus hijos terminen su formación en la universidad (si te llega con la subida de
tasas, claro), puede que tengas la suerte de estar muerto/a y no veas cómo se
ríen de ellos cualquiera de los estudiantes de casi cualquier universidad de
Occidente —no digamos de Corea del Sur, EEUU—, mejor preparados, y con un
bagaje laboral ya a sus espaldas cuando vengan a España a que tu hija,
doctorada en Ciencias Exactas, le coloque la tumbona en Ibiza o le sirva copas.
Y cobre en bastos. O puede que en comida.
Así
que a ti casi que no te va a afectar, no seas tonto/a. Lo de la crisis es un
rollo. Son cosas que pasan.
Hasta
que te pase por encima como un panzer de los de Dunkerque y te reviente.
Que
tengas suerte.
1 comentario:
La virgen!!
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